Entre las manifestaciones litúrgicas propias de nuestro pueblo destaca la Procesión del Encuentro. Y de la que ahora os vamos a ofrecer un estudio basado en los recuerdos de los informantes ya que no disponemos de ningún documento escrito. Motivo por el que decidimos plasmarlo en estas páginas, para que quede constancia de ello.
Al igual que en otros pueblos de Extremadura, sobre todo los de la zona suroeste de la provincia de Badajoz, la Serena y la Siberia, se celebra en nuestro pueblo la Procesión del Encuentro, que se inicia tras la Vigilia Pascual de la media noche del Sábado Santo.
El ritual de la procesión ha sufrido a lo largo de los tiempos numerosas transformaciones, incluso años en los que no se celebró.
Hasta donde nos alcanza la memoria, finales del siglo XIX y principios del XX, en la procesión salían los pasos del Resucitado, la Virgen, la Magdalena y S. Juan.
El Resucitado salía de la Iglesia por la puerta de la Plaza de la Iglesia y se dirigía a la Plaza de España (entonces de la Constitución) y se paraba en la puerta del Ayuntamiento.
Al mismo tiempo salían por la puerta de los Pollitos (o Poyitos) las demás imágenes: la Magdalena, S. Juan y la Virgen, que por la calle del Pozo llegaban a la Plaza de España, dándole la vuelta completa la Magdalena y S. Juan mientras que la Virgen quedaba atrás.
S. Juan y la Magdalena se encontraban con el Resucitado en la puerta del Ayuntamiento y después de hacerle una reverencia se volvían para anunciar a la Virgen el encuentro, momento en el que ambos, madre e hijo, corrían a encontrarse haciéndose una reverencia. Entre los vítores de la gente, campanadas, cohetes, campanillos, regresaban a la iglesia en el siguiente orden: el Resucitado, la Virgen, la Magdalena y S. Juan.
Todas estas imágenes que salían en la procesión se colocaban juntas en la misma capilla, capilla del Rosario, como consta en el Inventario de Imágenes de la Iglesia Parroquial del año 1.856.
Algunas ocasiones la procesión salía el Domingo de Resurrección muy de madrugada.
Tras la Guerra Civil decae la práctica de esta celebración hasta que se recupera a finales de los años 50 y principios de los 60. Se compra una imagen nueva del Resucitado, con las aportaciones del pueblo, en el ritual ya no sale S. Juan (perdida de la imagen) y se utiliza a la virgen del Rosario a la que previamente se la despoja del Niño Jesús y del Rosario.
Una vez que se producía el encuentro, desde los balcones del Ayuntamiento, los músicos D. José Mª Aguilar y sus hijos Antonio y José Mª interpretaban piezas musicales mientras el Resucitado, la Virgen y la Magdalena regresaban en procesión a la iglesia.
Tras unos años de recesión, es en la década de los 80 cuando vuelve a tomar protagonismo este acto, que se continúa realizando de modo parecido pero con la única presencia del Resucitado y de la Virgen, que tras salir por sus respectivas puertas y hacer sus distintos recorridos se encuentran en la plaza, mientras los presentes les arrojan flores. Y así se viene haciendo hasta hoy.
Al igual que en otros pueblos de Extremadura, sobre todo los de la zona suroeste de la provincia de Badajoz, la Serena y la Siberia, se celebra en nuestro pueblo la Procesión del Encuentro, que se inicia tras la Vigilia Pascual de la media noche del Sábado Santo.
El ritual de la procesión ha sufrido a lo largo de los tiempos numerosas transformaciones, incluso años en los que no se celebró.
Hasta donde nos alcanza la memoria, finales del siglo XIX y principios del XX, en la procesión salían los pasos del Resucitado, la Virgen, la Magdalena y S. Juan.
El Resucitado salía de la Iglesia por la puerta de la Plaza de la Iglesia y se dirigía a la Plaza de España (entonces de la Constitución) y se paraba en la puerta del Ayuntamiento.
Al mismo tiempo salían por la puerta de los Pollitos (o Poyitos) las demás imágenes: la Magdalena, S. Juan y la Virgen, que por la calle del Pozo llegaban a la Plaza de España, dándole la vuelta completa la Magdalena y S. Juan mientras que la Virgen quedaba atrás.
S. Juan y la Magdalena se encontraban con el Resucitado en la puerta del Ayuntamiento y después de hacerle una reverencia se volvían para anunciar a la Virgen el encuentro, momento en el que ambos, madre e hijo, corrían a encontrarse haciéndose una reverencia. Entre los vítores de la gente, campanadas, cohetes, campanillos, regresaban a la iglesia en el siguiente orden: el Resucitado, la Virgen, la Magdalena y S. Juan.
Todas estas imágenes que salían en la procesión se colocaban juntas en la misma capilla, capilla del Rosario, como consta en el Inventario de Imágenes de la Iglesia Parroquial del año 1.856.
Algunas ocasiones la procesión salía el Domingo de Resurrección muy de madrugada.
Tras la Guerra Civil decae la práctica de esta celebración hasta que se recupera a finales de los años 50 y principios de los 60. Se compra una imagen nueva del Resucitado, con las aportaciones del pueblo, en el ritual ya no sale S. Juan (perdida de la imagen) y se utiliza a la virgen del Rosario a la que previamente se la despoja del Niño Jesús y del Rosario.
Una vez que se producía el encuentro, desde los balcones del Ayuntamiento, los músicos D. José Mª Aguilar y sus hijos Antonio y José Mª interpretaban piezas musicales mientras el Resucitado, la Virgen y la Magdalena regresaban en procesión a la iglesia.
Tras unos años de recesión, es en la década de los 80 cuando vuelve a tomar protagonismo este acto, que se continúa realizando de modo parecido pero con la única presencia del Resucitado y de la Virgen, que tras salir por sus respectivas puertas y hacer sus distintos recorridos se encuentran en la plaza, mientras los presentes les arrojan flores. Y así se viene haciendo hasta hoy.
Grupo de Coros y Danzas "Luis Chamizo"
Sección de Investigación de la Historia y el Folklore.
(C. Cansado, A. Corzo y A. Gómez.)
Estudio publicado en la Revista de Semana Santa de Talavera la Real de 1.997.
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