martes, enero 23, 2007

LA “CASA GRANDE”: EL PALACIO DE LOS GRAGERA

La sección de Investigación de la Historia y Folklore, compuesta por Cristóbal Cansado, Antonio Corzo y Antonio Gómez del Grupo de Coros y Danzas “Luis Chamizo”, nos ilustra sobre la CASA GRANDE.
BREVE HISTORIA DE LA FAMILIA GRAGERA.
Como Gragera, Grajera o Grajeda, de estas tres formas se ha escrito el linaje de una de las casas más ilustres de Extremadura, que acaso tomara el nombre de la villa de Grajera, en la provincia de Segovia.
Algunos autores afirman que el progenitor de esta estirpe en nuestra tierra fue Gotier Gragera, egregio caballero, que acompañó al Rey don Alfonso IX en sus conquistas por la región, y que, después de distinguirlo su soberano con algunas mercedes, fijó su residencia en la villa de Montijo. De esta localidad, la familia se dispersó por poblaciones colindantes como Puebla de la Calzada, Talavera la Real, La Albuera, Mérida,...
El primer Conde de la Torre del Fresno y Vizconde de San Diego, don Toribio-Diego Gragera y Gragera, sus padres, Alonso y Elvira, y sus hermanos, Juan Matías y Catalina María, naturales de Puebla de la Calzada, trasladan su residencia a Talavera la Real, donde en la plazuela de San José construyen una casa muy grande. Al serle concedido a don Toribio un título de nobleza, el pueblo a la casona llamó Palacio y por último fue conocida como “la Casa Grande”.

EL PALACIO DE LOS GRAGERA. DETALLES Y DESCRIPCIÓN.
La arquitectura de la casa era de traza muy parecida a la de la “Casa de Murillo”, amplia portada de dos hojas y fachada con multitud de ventanas enrejadas. En el interior, patio de columnas con fuente central en mármol y galería con columnas en el piso superior.
El solar, según descripción de fecha 13 de Octubre de 1.874, se situaba en la Plaza de San José, número 3 moderno, ignorándose el antiguo, ocupando una superficie sin incluir el huerto, de mil trescientos cincuenta y ocho metros cuadrados. Constaba de dos pisos habitables, teniendo el bajo catorce habitaciones, patios, corredores, corral, pozo, dos cuadras, dos pajares con doblados encima, pensadero o esquileo, cuarto y huerto de recreo con una cabida de mil seiscientos nueve metros cuadrados. El segundo piso tenía diecisiete habitaciones.

EL BLASÓN DE LOS GRAGERA.
Los Gragera gozaban de grandes posesiones en Talavera, así lo mostraban las casas blasonadas con el escudo familiar, repartidas por la localidad. En todas las piedras armeras el mismo motivo: cinco grajos volantes puestos en sotuer.
Pero el escudo de armas de la plazuela de San José, tiene una característica especial: está coronado en su parte superior. Don Toribio-Diego lo mandó elaborar de esta manera y colocar en el muro de la fachada de su palacio.
Las pruebas nobiliarias de los miembros de esta familia, para su ingreso en las distintas Órdenes Militares, para el velado de novios, para los matrimonios y para otras causas, se hacían ante escribano, en acta de reconocimiento en la capilla de Nuestra Señora de la Concepción (parroquia de Nuestra Señora de Gracia), propiedad de la familia, que tenía, en su rejería de forja de hierro, un escudo labrado en madera y sostenido por dos leones: en campo de azur cinco grajas, la de en medio mayor.

LA CASA GRANDE CONVERTIDA EN ESCUELA PÚBLICA.
Deshabitada por sus propietarios, sabemos que a principios de siglo era utilizada -en arrendamiento- como escuela pública de niños y niñas.
Dª María del Rocío Morente Cejo nos cuenta que en 1.908 era directora de la escuela ubicada en esta casa-palacio:
“Mis deberes como Profesora Titular de la Escuela pública de niñas de esta villa, me indujo desde el momento de la toma de posesión, a estudiar detenidamente los usos, costumbres y modo de ser, del pueblo cuya educación infantil se confiaba a mis cuidados”.

Efectivamente, fruto de ello fue su obrita: “Geografía, Topografía e Historia de Talavera la Real”.
Mas tarde, Luis Bello, periodista de El Sol de Madrid, que estuvo en Talavera la Real en el año 1.926 o 1.927, en su libro “Viaje a las escuelas de España”, nos hace un relato de este caserón que servía de escuela:
“Si la expresión más exacta de un pueblo nos la dan sus escuelas, aquí tendremos una sorpresa agradable viéndolas instaladas en una gran casa señorial. Portalón inmenso, de dos hojas; patio de traza fina, con arcos bien proporcionados, y, arriba, una bellísima galería de columnas. Pero en estos pueblos históricos no hay que hacerse ilusiones. Las grandes puertas del zaguán están carcomidas; el patio, ruinoso. Toda la casa solariega, buena en el siglo XVIII, quizá mejor en el XVII, se deshace como si fuera de cartón”.

Es un verdadero deleite observar, en la magnífica fotografía de aquella época, al profesor y sus alumnos -la mayoría desaparecidos- sentados en el patio de este caserón.

LOS ÚLTIMOS TIEMPOS.
Definitivamente abandonado para uso escolar en el primer trimestre del año 1.932, pasó a continuación a ser solicitada para pases de cinematógrafo, lo cual se denegó por no reunir las debidas condiciones sanitarias.
En los últimos años de su existencia lo conocimos como refugio de familias necesitadas.
El edificio que, paulatinamente, iba degradándose, cobijaba también a toda una verdadera fauna avícola. ¡Qué niño talaverano no poseía entonces un polluelo de “gavilucho” (cernícalo primilla) que caía del tejado de la Casa Grande!.
El Ayuntamiento de Talavera, siendo alcalde-presidente don Julián Pantoja, compró la finca a los herederos de los Gragera, según escritura de compraventa del 11 de Mayo de 1.962. El precio del inmueble se tasó en 125.000 pesetas, siendo el destino del solar a la construcción del Grupo Escolar “San José”.
Con el derribo de este edificio histórico y emblemático, se nos iba –en tiempos de imposibles rehabilitaciones- la oportunidad de mantener en nuestro pueblo este Palacio. En los que tuvimos la oportunidad de verlo en pie, quedan los recuerdos; para los más jóvenes, lo que hoy hemos querido contar en este artículo.