Los tomates talaveranos
En septiembre de 2009 escribí un artículo titulado “Sangre de toro en Hornachos” cautivado por aquellas huertas moriscas y por uno de sus hortelanos, conocido como “Picotín”. Sus tomates rosados ( “Sangre de toro”) eran los últimos de la temporada y no reparamos en que había tenido otros, denominados talaveranos, que no pudimos probar.
En septiembre de 2009 escribí un artículo titulado “Sangre de toro en Hornachos” cautivado por aquellas huertas moriscas y por uno de sus hortelanos, conocido como “Picotín”. Sus tomates rosados ( “Sangre de toro”) eran los últimos de la temporada y no reparamos en que había tenido otros, denominados talaveranos, que no pudimos probar.
Transcurrido un tiempo, preocupados por la pérdida de nuestro patrimonio genético vegetal y hurgando en nuestras tradiciones, hemos cogido referencias por todas partes de la tradición del cultivo del tomate en Talavera, del que hay constancia en el “Interrogatorio de la Real Audiencia de 1791” que relata: “Hai veinte y dos huertas que se riegan con las aguas de sus respectivas norias y trabajo de cavallerías, en ellas se crían generalmente coles, lechugas, escarolas, coliflor, rabanos, navos, pepinos, tomates,...”
Durante muchos años el tomate talaverano ha tenido una gran nombradía y una amplia dispersión geográfica. A Talavera se venían a comprar plantas o tomates de diferentes partes de Extremadura, constituyendo este cultivo una actividad agraria especializada de la que vivían muchas familias. Las variedades más antiguas, tomate rugoso, y tomate peludo, se consideran autóctonas. Después vendrían otras como negrito, melillero, abisinio, blanco talaverano y de telaraña (de cuelga), algunas de las cuales tuvieron éxito en otros pueblos extremeños. Los testimonios gráficos, técnicos y literarios de esta “cultura del tomate talaverano” han sido recogidos en una monografía reciente por dos talaveranos expertos y estudiosos de la agricultura y la antropología, Cristóbal Cansado y Antonio Gómez, y esperamos sean publicados.
Las fotografías de los años 50 y 60 del siglo pasado permiten ver las cuadrillas de hombres y mujeres dedicados a este menester de verdaderos especialistas. El cultivo empezaba en enero, con los semilleros, “joyos” o “criaeros”, verdaderas obras de artesanía vegetal (no se tenía noticia del plástico), con manejo inteligente del estiércol, maduro y pajizo, de cama caliente. Después, en mitad de marzo, venía el trasplante, que se hacía a mano con el pico de plantar a razón de 15.000 a 20.000 plantas por fanega. El arrayado se hacía con pies de maquinilla a una separación entre líneos de 70 a 80 cm., y entre plantas se dejaban de 20 a 30 cm. La escarda era una labor de eliminación de malas hierbas entre líneos que se hacía con labor animal y cuchillas de corte, mariposas. Y el desyerbado se hacía a mano con el almocafre. El riego era a pie o gravedad con norias, hasta pasada la mitad del siglo XX que aparecen las acequias del Plan Badajoz. El descogolle del tomate era la operación más importante. Consistía en quitar los hijastros de la parte baja de la planta y eliminar el “tomate ladrón” (irregular y de mala vista). Ello influye en la calidad y precocidad del fruto. El abonado, por supuesto orgánico a base de estiércol y la lucha contra plagas ( la “mangria” , el “rayo” –alacrán cebollero- , “gallinita ciega”, etc.) se realizaban con métodos artesanos. La recolección se hacía a mano, por cuadrillas y “manijeras”, completando así eso que ahora llamaríamos un “yacimiento de empleo”.
Los mercados de Badajoz, Cáceres y otras localidades esperaban como agua de mayo los tomates, tanto maduros como pintones, cuyo olor inundaba Talavera.
Las semillas que han sabido guardar y conservar los hortelanos talaveranos durante tantos años, junto a otras especies locales están ahora siendo tratadas y estudiadas en el CETAEX y se realizan diversas experiencias con ellas en el INIA. Recientemente hemos hecho una cata con excelente resultado. Y en breve, iniciaremos una experiencia en cuatro pueblos en los que intentaremos aproximarnos a lo que fue el cultivo tradicional del tomate talaverano, hasta llevarlo a los mercados donde pagan la calidad de lo artesano y saben apreciar las diferencias.
JUAN SERNA
1 comentario:
Disculpen, pero los tomates vienen del Nuevo Mundo, esoecificamente de Mexico.
Las plantas de tomatillos que fueron cultivadas derivaron en las diferentes variedades de tomates.Todas las variedades de tomates derivan de las de Mexico
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