PREÁMBULO
El viernes, 24 de noviembre de 2.006, en una charla organizada por Foro Parroquial se hizo la presentación del libro “Oración Panegírica, que en la profesión de Sor María Margarita de Santa Rita (en el Siglo la Señora Doña María Margarita Gragera y Barrera)".
Con dicha presentación intentamos sacar a la luz la vida de esta monja carmelita: una vida de sufrimiento y de total entrega a Dios. Quisiéramos hacer unas apreciaciones sobre lo acontecido, porque más que la búsqueda de una biografía, de una historia, de un libro, que en otros casos nos ha llevado mucho tiempo y medios, en esta ocasión parece que ha venido por sí misma a nosotros.
LA ORACIÓN PANEGÍRICA.
Encontramos la reseña de este libro en el Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico Español, donde aparecía un ejemplar con Ref. 208-E-14-(8), encuadernado junto con otras obras y con sello impreso de la Biblioteca Diocesana de Cuenca.
El libro fue costeado por el padre de la profesa carmelita, don Juan Mathías Gragera. Desconocemos el importe de la edición y el número de ejemplares que salieron de la imprenta.
La Oración Panegírica no es mencionada por Rodríguez Moñino en su obra: “La imprenta en Extremadura (1.489-1.800)”, posiblemente por el desconocimiento de la existencia de la misma, lo que da más valor al libro.
DATOS BIOGRÁFICOS DE DOÑA MARÍA MARGARITA GRAGERA Y BARRERA.
En el Tomo 12 (1.731-1.744) folio 102 vlto. del Archivo Parroquial de Talavera la Real, se encuentra la partida de nacimiento de María Margarita. La bautiza el 25 de diciembre de 1734 el bachiller don Pedro Tejeda y Gordillo.
Hija de don Juan Mathías Graxera el Maior –en días- natural de esta villa y de Ana Gutiérrez de la Barreda, natural de Bienvenida, ambos vecinos de esta villa. Nació Mª Margarita el día 13 de diciembre de 1734.
Bautizada dos veces por caso de necesidad, su padrino en una y otra ocasión fue don Juan Antonio de la Barrera, vecino de esta villa. Queremos hacer una distinción entre el apellido “ de la Barreda” que procede de la localidad de Bienvenida, y el apellido “de la Barrera” procedente de la localidad de Puebla de la Calzada.
La confirmación la recibió el 23 de diciembre de 1735 por el obispo don Amador Merino Malaguilla.
DATOS DEL ARCHIVO DEL CONVENTO DE TALAVERA
En el Archivo del Convento de Carmelitas, se encuentran tres libros de registro que prácticamente dicen lo mismo de María Margarita Gragera y Barrera.
El primer libro de registro y el más antiguo, se encuentra forrado con la hoja de un cantoral en piel de becerro. El ingreso de Margarita con el número de orden 97 se describe así:
Recibimos para monja de coro a María Margarita de Santa Rita, hija legítima de don Juan Matías Grajera y de doña Ana Gutiérrez, becinos de esta billa. Traía la edad de 10 años, entró el 10 de abril de 1.744.
Profesó la susodicha el año de 1.750 y trajo la dote de 700 ducados, después de profesa se fue a la Orden de Alcalá de Henares a donde murió.
El segundo libro de registro, es una descripción somera de cada una de las monjas, donde María Margarita aparece con el número de orden 99.
Nombre: María Margarita de Santa Rita. Procedencia: Talavera la Real Edad: 10 años. Padres: Juan Matías Grajera y Ana Gutiérrez. Fecha ingreso: 10-04-1.744. Toma de hábito: lega. Observaciones: se trasladó a Alcalá.
El tercer libro es una copia de un original que desapareció durante el expolio que sufrió el convento en la Guerra de la Independencia, en el mismo nos encontramos las siguientes anotaciones con algunos errores:
Se recibió para monja de coro a María Margarita de Santa Rita de 11 años de edad (eran 10 años), hija legítima de don Juan Matías Grajera y doña Ana Gutiérrez, vecinos de esta villa, el 10 de abril de 1.774 (era 1.744). Profesó en 1.780 (era 1.750) y trajo la dote de 700 ducados.
Al poco tiempo sintió deseos de pasar a la Orden. Para realizarlos se valió de su padre, que de no muy buena gana hizo las diligencias. Fue admitida en Alcalá de Henares, teniendo que aportar don Juan otros 700 ducados, pues quiso tener en la plaza que dejaba Margarita, otra monja.
Ignoramos el día y el año que salió para Alcalá, lo que sí se sabe es que antes de marchar ya estaba arrepentida de lo hecho. Dicen que al presentarse su padre con el coche para la partida, Margarita se resistía a salir. El buen señor a pesar de su contrariedad la obligó a dejar Talavera. Toda su vida lo pasó suspirando por su primer nido y al fin murió lejos de él, sin el consuelo de tener a la cabecera en sus postreros momentos ningún padre de la Orden.
Se conservan algunas cartas suyas, reveladoras del amor que tuvo a la Cdad. Cuando el padre Francisco de la Presentación iba a Alcalá, o venía de allí, siempre lo hacía cargado de chucherías y pequeños recuerdos.
Efectivamente se guardan en el Archivo del Convento de Talavera siete cartas manuscritas de Margarita. Probablemente se redactaron a la llegada de esta monja al Convento de Alcalá y tratan concretamente de un cambio de impresiones sobre las diferencias de la vida cotidiana y actividades religiosas entre ambos conventos.
EL CONVENTO DE ALCALÁ DE HENARES.
Nuestra monja marchó a Alcalá de Henares donde existen dos conventos de carmelitas. El ingreso lo hizo en el Convento de Carmelitas Descalzas del Corpus Christi o de “afuera”.
Puestos en contacto con el Convento de Afuera, su priora nos atiende amablemente al teléfono. Posteriormente nos envía un Fax en que se relata que la hermana María Margarita ocupa el número 98 en el orden de entrada y ciertamente había muerto en el Convento de Alcalá el 14 de marzo de 1.762, después de llevar –según se narra en el escrito- una vida llena de padecimientos, dándose toda ella como una ofrenda gozosa a Dios.
Por lo extenso, solo haremos unos retazos de la narración de la vida de esta monja y queremos hacer la siguiente puntualización: la de ver los episodios que aquí se relatan con la mentalidad del siglo XVIII.
Destacamos también la minuciosidad en la exposición realizada por la biógrafa, que según se desprende, tomó alguno de estos relatos de la misma boca de Mª Margarita.
Fue la vida de esta santa religiosa un continuado martirio, porque desde que nació empezó a padecer por haber nacido sin cutis; y siendo ya más grandecita, porque Dios lo dispuso así, para dar principio a su padecer, un esclavo de su casa, jugando con ella la tiró a lo alto, y cayó al suelo, y le quebró el espinazo y dos costillas del pecho, y no dieron cuenta a su madre, que este fue el origen del padecer de toda la vida. (...)
(...) porque sus padres tenían muchas conveniencias, la entraron en el Convento de Carmelitas de lugar, de edad de nueve años, tenían las madres que andar con mucho cuidado porque se les escapaba y la andaban a buscar y la encontraban tomando disciplinas de sangre (...)
(...) Como Dios la llamaba a más perfección tuvo grandes deseos de sujetarse a la Orden, los que ejecutó a costa de una inmensidad de pesadumbres, trabajos, y persecuciones de sus hermanos y deudos (...)
(...) tuvo que hacer a Dios el sacrificio de dejar a sus amadas Hermanas y Madres, que la querían como si fuera hija de cada una.
(...) que no fueron pocas las dificultades que tuvo que vencer, cuando llegó el caso de la partida, que fue tanta la pena que tuvieron sus madres que los gritos se oían muy lejos del Convento (...)
(...) Cuaresmas enteras y muchas temporadas se puede decir vivía de milagro, porque al punto que tomaba el alimento lo volvía (...)
(...) Ejercitó todas las virtudes en muy heroico grado, especialmente la paciencia, en medio de tantas tribulaciones jamás se le oyó la más mínima queja.
(...) Fue muy dada a la oración, y como tenía tan claro entendimiento, conocía y se aprovechaba muy bien del conocimiento que Dios le daba de las cosas eternas.
(...) porque era esta santa religiosa en extremo temerosa de Dios (...).
Fue devotísima de N. P. San Juan de la Cruz, de N. S. Santa Madre (Santa Teresa) de N.P. San José y de Santa Rita, … por sus virtudes creemos piadosamente está gozando de Dios.
Una observación recibida por la madre carmelita del Convento de Alcalá y es que, en toda la historia del citado convento, solo a dos hermanas le dan el tratamiento de madre y reverencia -que en la Orden del Carmelo lo reciben la que es priora o la que haya sido- y entre esas dos se encuentra Margarita, lo que hace destacar el prestigio moral de esta monja. Es de su interés saber el motivo que le llevó a tomar la decisión de irse concretamente a Alcalá.
Nuestra carmelita una mujer procedente de familia adinerada, deja a los suyos, a su pueblo y toma la opción de seguir el “camino de Cristo”.
Grupo de Coros y Danzas “Luis Chamizo”
Sección de Investigación de la Historia y Folklore
Autores: C. Cansado, A. Corzo y A. Gómez
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