EL QUEJÍO DE LA RISCA
Foto 1. Cortijo de la Risca.
AGRICULTORES
Hasta que no lo veía entrar por
la puerta del chozo no me quedaba tranquila, sobre todo si ya era entrada la
noche.
-
Me teníah en vilo.
-
¿Y eso?, ¿Por qué?
-
No sabía si te podía habé pasao algo con el
Quejío…
-
Anda qué, ehtáh apañá, mujé. Eso no son máh que inventoh de la gente.
Pero a Josefa no se le arrimaba
la camisa al cuerpo, en el fondo ella creía que algo tenía que haber, cuando
tanta gente hablaba de lo mismo.
Así me comentaba esta mujer sus
vivencias en los chozos de la
Risca , allá por los años cuarenta del pasado siglo.
Este matrimonio pertenecía al
gremio de los agricultores, que tenían una versión del Quejío diferente a la de
otros gremios.
Los agricultores narraban como un
día, hace mucho tiempo, arando con una yunta de mulas, se hundió el arado y
apareció una habitación subterránea llena de esqueletos y huesos. Estos
esqueletos eran los que daban los quejíos. Sobre todo de noche. Aunque taparon
la habitación los quejíos se seguían oyendo. Eran almas en pena, por alguna
afrenta sufrida mientras vivían. Y que como consecuencia de esto fueron a parar
con sus huesos al fondo de esa fosa. Ahora y por los siglos de los siglos
reclamaban su derecho a la justicia para poder descansar en paz.
Para ellos, el quejío venía del
cerro cercano al cortijo.
PASTORES Y GANADEROS
Otro de los gremios que se verían
amenazados por estos quejíos eran los ganaderos. Pastoreaban sus rebaños de
ovejas, vacas y cabras por los extensos campos de la finca La Risca.
Ellos también escuchaban el
quejío. Sobre todo a medio-día. Acostumbraban a mover los matorrales, zarzas,
jaras, con las cayadas y garrotes para que saliera el quejío. Como aquel pastor que, envalentonado un día,
golpeando las matas de jara se atrevió a entablar conversación con el quejío:
Si eres un alma en pena
Dime de donde vienes.
Y si estás vivo,
Dime que quieres.
Foto 4. Familia de pastores delante de uno de los chozos de la Risca.
Los pastores menos crédulos
comentaban que el quejío era el sonido que emitía algún tipo de ave de la
familia de las lechuzas, buhos. Abundantes en la zona.
Aún así corría entre la población
el chiste:
Un jatero de camino / un cura a
cazá perdigones se cagaba de miedo al escuchar el quejío de la Risca o el sonido de la
lechuza o cárabo. Se puso detrás de unas zarzas para cagar. Pero se quedó
enganchado con los pinchos de la planta y pensó que alguien lo estaba agarrando
y no lo soltaba. Así se inició la conversación entre el personaje y la lechuza.
A lo que él le decía, la lechuza contestaba con su sonido. Hasta que llegó la
luz del día y se dio cuenta del engaño.
CAZADORES, TRAMPEROS
Otro gremio que recorría los
parajes de la Risca
eran los cazadores, tramperos y alimañeros. Se dedicaban a la caza menor,
liebres, conejos, perdices, codornices, palomas, pájaros, pero también los
había que se empleaban en cazar ranas, en las grandes charcas que se formaban
en invierno, topillos y a veces culebras. Para ellos el lugar peligroso estaba
en el Pozo de la Mina. De
sus profundidades salía el Quejío. Muchas veces acompañado de los murciélagos
que se guarecían en su interior durante el día, y salían en bandadas a la caída
del sol. Todo esto hacía al Pozo de la
Mina como un lugar siniestro para los más crédulos. Este era
un pozo muy hondo, de ahí el nombre, y con un agua inagotable (algunos
campesinos se referían a él como el pozo al que las mulas tenían que dar muchas
vueltas hasta que los primeros carillones venían con agua) ni en tiempos de extrema sequía. También a
esto último atribuían el nombre del pozo, refiriéndose a que era una mina por
lo abundante y rica en agua.
Foto 6. Matrimonio en la finca de la Risca. Se puede observar el terreno, solo apto para la ganadería.
VERSIÓN LITERARIA
La versión culta del quejío nos
la da Antonio García Orio-Zabala en su novela “La última fanega”.
Propietario de la finca la Risca por bienes gananciales
de su mujer, de la familia de los Grageras, propietarios de esa inmensa finca y
que con el paso de los años fue disgregándose con las sucesivas particiones de
herencia.
Como conocedor de la finca, de sus
trabajadores, de sus historias, seguro que habitó en su cortijo en temporadas,
y escuchó la leyenda del Quejío, contada por aquellos campesinos y pastores.
Incluso le pudo ser contada por miembros de la familia de su mujer.
Foto 7. El pozo de la Mina. Pozo para el ganado, se puede ver la larga pila que sirve de abrevadero.
“se contaba…que hace cientos de
años un Aguilera, amo de “La
Mojara ”, halló la muerte en pecado mortal y Nuestro Señor le
impuso el castigo de llorar su alma por estos campos durante años y años y era
de ver cómo los hombres más valientes del contorno se horrorizaban cuando en
las noches de calma bajaba de lo alto de la sierra el lamento del pecador
implorando clemencia… Por fortuna, mucho tiempo después, otro Aguilera quiso
hacer bien por el alma de aquel antepasado y dedicó toda su vida a la oración y
penitencia y fue tan santo y tan humilde que la Iglesia lo hizo obispo y
sus padres le dejaron “La
Mojara ” para que con su presencia desaparecieran los temores
que acobardaban a los campesinos de estos contornos.
Algunos de los muchachos,
intentaba quitar miedo al relato y aseguraba que el lamento era el graznido de
cualquier pajarraco nocturno.
-Eso dice mi padre- afirmaba
Valentín, encantado de que no existieran fantasmas y almas en pena en aquella
dehesa donde tanto disfrutaba.
Pero el viejo pastor movía
lentamente la cabeza y sembraba la duda de nuevo en los corazones infantiles.” (Pags.
38-39).
En otro pasaje:
“Sabía que a Brígida se la temía
tanto como al “quejío de la
Mojara ” (Pág. 393).
Foto 8. Difícil apreciar la profundidad del Pozo de la Mina. Con esta fotografía se puede ver como no parece tener fin.
Es una finca situada en la
carretera que va de Badajoz a La
Corte de Peleas. En las inmediaciones de Alvarado.
Actualmente se encuentra dividida
en numerosas partes después de diversas particiones por herencias.
Era un núcleo importante de
población, formada por un cortijo como vivienda principal de los dueños y
caseros que se ocupaban del mantenimiento de este edificio (Actualmente no
queda nada en pie de este cortijo, sólo se conservan el pozo con la pila y la
alberca). Además contaba con diversos grupos de chozos ocupados por los
pastores y agricultores que trabajaban en la finca.
Foto 9. Restos de la escuela unitaria que existía en la finca de la Risca para atender a los niños y niñas de esta finca y de cortijos y chozos de los alrededores.
Cada familia disponía de varios
chozos para su uso y disfrute, uno para dormir, otro para cocina y despensa,
otro para las gallinas y, en el caso de los pastores, uno para elaborar y curar
los quesos.
Estos chozos se agrupaban por
afinidad familiar, padres, hijos y hermanos, formando pequeñas colonias a las
que se ponía nombre. Así el primer conjunto de chozos según se llegaba se le
conocía como San Roque, al que estaba situado en la zona más alta del terreno,
San Juan, y a otro más apartado de estos, la Picuriña. Todos
estos nombres hacen referencia a barrios de Badajoz.
Era este un caldo de cultivo
ideal para la propagación durante siglos de la leyenda, historias y anécdotas
que rodeaban al Quejío de la
Risca , en las largas y frías noches de invierno al calor de
la lumbre, en verano en las cálidas noches al cobijo del cielo raso y
estrellado.
Era tan numerosa la población que
la finca llegó a contar con una escuela unitaria pública, actualmente en estado
ruinoso, para los niños de la
Risca y fincas colindantes.
Foto 10. Restos del pozo del cortijo de la Risca. Uno de los pocos elementos que permanece en pie.
Es así como nos podemos imaginar
a una población crédula en estas historias y leyendas atemorizada, preocupada y
siempre alerta ante la posibilidad de oir el Quejío de la Risca , encontrarse con el
alma en pena… Y de los menos crédulos también, todo es cuestión de que se
dieran las circunstancias apropiadas para que cualquiera perdiera el control
ante el mínimo y extraño sonido.
En la actualidad se ha perdido
prácticamente la leyenda. Hay que recurrir a personas muy mayores y
estrechamente ligadas a la Finca
de la Risca
para que recuerden vagamente lo que aquí os he narrado.
En la memoria colectiva prevalece
el significado del Quejío de la
Risca como un lamento monótono y machacón que repite alguien
que se queja, por un dolor, por una angustia, por una pena. Y solemos decir
estás o tienes el Quejío de la
Risca.
Foto 11. Otro de los elementos que permanecen en pie del Cortijo de la Risca, la alberca.
Equipo de Investigación del Grupo
de Coros y Danzas “Luis Chamizo”.
Cristóbal Cansado González y
Antonio Gómez Broncano.
11 comentarios:
Q gran trabajo felicidades a los tres
Enhorabuena a los dos por este entrañable trabajo. Felicidades
Interesante trabajo! Seguir publicando, merece la pena!
Los datos de Antonio García Oriozabala (1913-1975) son erróneos. No fue propietario de La Risca porque la finca perteneciera a la familia de su mujer. En absoluto. Su mujer, Dolores Calderón Calderón, era de Lebrija y su familia tenía algunas propiedades pero en la provincia de Sevilla. La Dehesa de la Risca pertenecía a la familia de su madre, Ángeles Orio-Zabala Gragera y a sus hermanas, desde siempre. La habían heredado de su madre, Ángeles Gragera Monge. En la generación anterior fue propietario de un parte de la finca (murió sin hijos)su tío, el famoso General don José Gragera y Sánchez de Gata.
Antonio García Orio-Zabala pasó largas temporadas en el cortijo desde su niñez y conocía perfectamente aquellos parajes. De hecho, vivió una buena parte de su vida en La Albuera, en un caserón que, desgraciadamente, fue demolido hace algunos años.
En 2013, la Biblioteca de Extremadura, para conmemorar el centenario de su nacimiento pretende dedicarle una exposición antológica. Creanme que sería una excelente idea que cedieran alguna copia de las fotografías que muestran. Los datos son fiables porque Antonio García Orio-Zabala era mi padre.
Les fecilitó por su excelente labor. Afectuosamente.
Muchas gracias Jesús María por su aclaración. Error por nuestra parte al no haber contrastado y comprobado las notas que teníamos sobre la propiedad, pero estábamos más ocupados en el hecho folklórico que en el histórico. Sobre la posibilidad de utilizar las fotos para la exposición homenaje a su padre, las tienes a tu entera disposición, no tenemos los originales, son copias escaneadas. Gracias por su aportación. Saludos.
Vaya trabajazo..me encantan estas antiguas historias,me chiflan.
Gracias a quienes os dedicais a rebuscar y rebuscar para el disfrute de todos. 👏😘
Pues como siempre digo, gracias por rebuscar y publicar estas historias,no tengo antepasados aquí y me gusta leer cosas de vez encuando, ánimo, espero y más y si puede ser más a menudo gracias
Donde se encuentra este cotijo de la Risca?
Esta finca de "La Risca" está en las inmediaciones del poblado de colonización Alvarado. Carretera Talavera la Real-La Albuera.
La Casa Colorada.
Cortijo de La Risca.
N-122 Entre Talavera la Real y La Albuera (Cerca de Alvarado).
En busca del último Aoroi | #MilenioLive | (21/11/2020) https://youtu.be/jt-QTyeJhIw
EL QUEJÍO DE LA RISCA
http://cronicasdetalavera.blogspot.com/2012/10/el-quejio-de-la-risca.html?m=1
Interesantisimo
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