domingo, abril 14, 2019

Las riadas del siglo XIX y Talavera la Real.


Aunque desgraciadamente recordemos la riada ocurrida en nuestro pueblo y alrededores del día 6 de noviembre de 1997, si indagamos en nuestro pasado, nos encontramos en situaciones igual de dramáticas, no sabemos si mejores o peores, porque no las vivimos ni contamos con los datos que nos puedan hacerlo valorar.
Nuestros antepasados vivieron durante el siglo XIX, al menos que nosotros sepamos y hayan llegado datos, tres riadas de una gran magnitud. Incluso nos atrevemos a asegurar que la más terrible es de la que vamos a dar algunos datos en esta breve crónica.
La primera de la que nos hablan es la de febrero de 1823, la segunda la de 1869.
Y la más terrible, a nuestro parecer, es la de la noche del 6 al 7 de diciembre de 1876. Durante varios días las continuas y persistentes lluvias torrenciales y vientos huracanados anunciaban que algo gordo podía pasar. Y así fue, el Guadiana y sus afluentes acumularon tal cantidad de agua que acabaron por inundar todas las Vegas Bajas, desde Medellin hasta Badajoz, incluso nuestros vecinos portugueses llegaron a sufrir estas inundaciones.
Narran las crónicas de la época los daños en poblaciones más próximas al río Guadiana: Medellín, Mérida, Montijo, Puebla de la Calzada, Talavera la Real, Badajoz….
De qué daños estamos hablando: muertos y heridos, tierras de labranza inundadas, casas arruinadas y destruidas, casas de campo y cortijos asolados, animales muertos y desaparecidos, puentes anulados, lineas de ferrocarril inutilizadas, comunicaciones telegráficas no operativas… efectos que se pudieron apreciar conforme bajaban las aguas del Guadiana y sus afluentes.

Puente Viejo, Talavera la Real (Badajoz).

A todo esto hay que añadir que la noche del 7 de diciembre se dejó sentir un terremoto (ignoramos la magnitud que pudo tener) que agravó aún más la caótica situación que se vivía. 
Los cronistas de la época cuentan que desde la parte más alta de la alcazaba de Badajoz solo se divisaba un inmenso océano a poniente (Portugal) al levante (Mérida) y al Norte (Alburquerque).
Es a partir del 13 de diciembre cuando se comienza la visualización de los destrozos ocasionados (aunque se preveía que no podía ser nada bueno), valoración de los mismos y buscar las posibles soluciones. Llegaron las primeras noticias de lo ocurrido al resto del país una vez restablecidas las conexiones telegráficas.
Es importante destacar en los primeros momentos la actuación de los barqueros del Guadiana, con sus barcas planas típicas de la zona, para salvar vidas, poniendo a salvo a supervivientes aislados en zonas más altas, ayudando a rescatar animales, llevar víveres y otras ayudas… En Badajoz fueron recompensados económicamente, agradeciendo de este modo su impagable labor.
Se empezó a trabajar en la puesta a punto de las líneas de ferrocarril de la línea Ciudad Real - Lisboa, inutilizada desde Medellín hasta Badajoz. 
Reconstrucción de los puentes, Romano de Mérida, Viejo de Badajoz (siete arcos destruidos)… y totalmente convencidos de que el Viejo de Talavera sufrió las mismas roturas de los otros. Posiblemente el parche que tiene en dos de sus arcos sea la solución que le dieron en este momento para garantizar la continuidad del camino Real hasta Badajoz.
Reparación de caminos y carreteras.
También llegaron las primeras ayudas gubernamentales, insuficientes para paliar los múltiples daños que reparar.
Es posible que esta situación, por lo que sabemos, tan habitual llevara a que los políticos regionales y nacionales empezaran a plantearse el problema en serio, buscando como soluciones, quizás utópicas en su momento, la regularización del cauce del Guadiana ante riadas, avenidas y avalanchas de agua como las que describimos. Por lo que sabemos, imposible reparar totalmente los daños ocasionados por una riada cuando ocurría otra (Puente Romano de Mérida, Puente Viejo de Talavera la Real).
Y la solución estaba en la construcción de pantanos y embalses que ayudaran a controlar los desmanes de nuestro río principal y todos sus afluentes, garantizar la seguridad de las personas y salvaguardar las tierras de cultivos y la ganadería, que indudablemente es la fuente de vida de nuestra comarca.
Sabemos que es una triste y terrible noticia, pero si ante situaciones tan catastróficas hay soluciones, lo importante es que estas soluciones se lleven a cabo.
Algún estudiante de Meteorología que quiera ampliar esta noticia?

Cristóbal Cansado y Antonio Gómez. Diciembre de 2018.

Artículo publicado en el periódico digital "Talavera con V" en diciembre de 2018.


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