domingo, abril 14, 2019

La Independencia de Talavera la Real, I y II partes.


Después de un mes de agosto perezoso, retomamos la tarea de amenizar este periódico digital con un poquito de historia, de nuestra historia. En breves dosis, para no ser pesados, para no aburrir, de una manera sencilla y que todos podamos entender y, lo más importante, abrir vías de información para los curiosos y para los alumnos en sus trabajos y sus estudios y animarlos a participar en la tarea de la investigación.
Estamos viviendo desde hace muchos años la batalla legal por la independencia de las pedanías de Badajoz. Pueblos creados durante el desarrollismo del regadío y que pasaron a depender de las ciudades más cercanas. En nuestro entorno más cercano están los que dependen administrativamente de Badajoz. El caso más reciente y aún candente puede ser el de Villafranco del Guadiana.
Si damos marcha atrás, más concretamente 376 años, nosotros los talaveranos nos ponemos en la misma situación de estas pedanías.
Los primeros datos que nos mencionan como aldea de Badajoz, entonces se llamaban así, es en 1230. Tras la reconquista cristiana de Badajoz en este año, nuestro pueblo aparece en los escritos de la época como una más de sus aldeas. Esta situación fue irritando más y más a los regidores de nuestro pueblo en muchos aspectos, fundamentalmente en el económico y administrativo: toma de decisiones, organización, demarcación de tierras, control del gasto y de los ingresos, etc, etc.
Dependíamos de todo de Badajoz, pero a nuestra capital lo que más le interesaba eran las ganancias económicas que obtenía de nuestro pueblo.
Es por ello que nuestros mandatarios comenzaron una lucha para conseguir la independencia de Badajoz, gestiones que concluyeron a primeros del año 1640. En febrero de ese año ya teníamos el título de Villa Independiente, con todo lo que eso significaba.
Ya os iremos desmenuzando algunos de los privilegios que se consiguió con este nombramiento, de momento, en esta ocasión os adelantamos uno de los más espinosos.

Barca de Talavera la Real (Badajoz) para cruzar el Guadiana.

Como comentábamos más arriba, uno de los asuntos que más le interesaba a Badajoz de tenernos como aldea de su jurisdicción eran los beneficios que se generaban en Talavera y que iban, casi en su totalidad, a las arcas de la capital. Pues bien, uno de estos ingresos eran los obtenidos por la barca y el badén de Talavera.
Por cruzar en la barca se pagaban cuantiosos impuestos, no solo las personas y los carros, también el ganado. Tengamos en cuenta que el badén servía a las vías pecuarias que venían de Alburquerque, Villar del Rey, Alcántara. En los cambios de estación, enormes rebaños de ovejas y cabras, ganado vacuno, así como equinos cruzaban por el Baden en uno y otro sentido.
Badajoz, por el miedo a perder esta fuente de ingresos tan importante, fue la que más luchó en contra de permitir que fuéramos independientes, por eso el proceso se alargó mucho tiempo. Así, al final, en 1640 dejamos de ser Aldea de Badajoz para pasar a ser Villa Independiente.


La independencia de una villa en aquellos años, os recuerdo que estamos en 1640, suponía para la población un desembolso importantísimo de dinero. El pueblo pagaba al rey por ser libre, compraba su independencia, en nuestro caso de Badajoz. Es por eso por lo que la corona no solía poner inpedimento, porque este dinero extra le venía muy bien para, por ejemplo, pagar al ejército. Recordaros que en esa época estabamos en guerra con Portugal.

Lo más inmediato fue delimitar el territorio, cuales serían nuestros límites y lindes con Lobón, pero sobre todo con Badajoz. Algo que motivó numerosos pleitos, sobre todo con Badajoz, a la hora de aprovechamientos de pastos, monte bajo, caza, etc.
También tuvimos que ponernos un nombre. Nos llamaban de varias maneras y esto había que normalizarlo. Ya no podíamos ser ni Talavera de Badajoz, ni Talaveruela, ni Talaverilla... Así que optamos por la manera más "legal", Talavera como nombre propio y "la Real", porque ya dependíamos directamente del Rey, Felipe IV. (Y esto ocurrió en 1640, no como solemos oír y leer: que nos llamamos así porque aquí muriera la Reina Leonor. Esta reina murió casi 100 años antes, en 1558 y entonces nos llamábamos Talaveruela).


 Plano esquemático del término municipal de Talavera la Real (Badajoz) en Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura, siglo XVIII.

La condición de villa independiente conllevaba una serie de obligaciones, entre ellas la de administrar e impartir justicia. La villas independientes se tenía que dotar de casa consistorial (ayuntamiento) de cárcel y de picota o rollo. 
La picota o rollo consistía, por lo general, en una columna de piedra donde se colgaban a los reos que habían cometido algún delito. Este rollo se colocaba en un sitio de paso, porque, aparte de servir de castigo a los malhechores, también tenía un carácter disuasorio, es decir, se pretendía que los posibles delincuentes se lo pensaran antes de delinquir.
En Talavera contamos con el topónimo de "El Rollo" situado en el cruce de la calle Derecha, con la carretera. Si retrocedemos en el tiempo, esa zona donde estaría ubicado nuestro Rollo, sería la entrada a nuestro pueblo, pues el camino de Mérida a Badajoz pasaría por la Fuente Vieja, llegaría al Rollo y continuaría por la calle Derecha, calle Real hasta llegar al Puente Viejo y continuar por la Puentecilla dirección Badajoz.
Es posible que desapareciera con el decreto dado por las Cortes de Cádiz el 26 de mayo de 1813 que abolía los ajusticiamientos y castigos en los rollos, ordenando también su destrucción.
En este, como en otros temas, hay materia para investigar y desarrollar. Seguimos dando pistas y ánimos a los estudiantes.


Cristóbal Cansado y Antonio Gómez, septiembre y octubre de 2016.

Artículos publicados en el periódico digital "Talavera con V" los meses de septiembre y octubre de 2016.



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