Se aproxima una de las fiestas más populares y concurridas de Talavera la Real, aunque en nuestro pueblo todas las fiestas del año son populares y concurridas, ¡¡¡¡¡¡lo qué nos gusta una fiesta!!!!!!. Hablamos de los Carnavales.
Llevamos ya hablando y contando anécdotas del carnaval talaverano en algunos artículos en este nuestro blog "Crónicas de Talavera". En esta ocasión vamos a dar otra vuelta de tuerca a este asunto de los disfraces, máscaras, reideros...
Grupo de hombres con disfraz de pierrot, posiblemente de una comparsa o murga.
Nos hemos encontrado con algunas crónicas de carnaval de los años 20 del siglo pasado, los años locos de la "Belle Epoque".
En aquellos años el carnaval se disfrutaba en cuatro ambientes bien diferenciados:
- En la calle, sobre todo de día, "con las máscaras callejeras". Durante todos los días, el domingo Gordo, el lunes y martes de carnaval y el domingo siguiente, el de Piñata. Se caracterizaban por llevar máscaras y caretas, la cara tapada.
- En los locales, bailes, casinos, sociedades, círculos de recreo, el que más pitaba en aquellos años era el de la sociedad "La Alegría". Los disfrazados acudían sin máscaras. Trajes muy elaborados y a veces concurriendo en grupo con una misma indumentaria.
- En salones privados. Algunos particulares preparaban sus salones y organizaban bailes de carnaval para sus invitados, amigos y conocidos. Era habitual que llegaran invitados de Montijo, la Puebla, Badajoz... Tenían su banda particular que amenizaba el baile. Uno de estos anfitriones más expléndidos fue Serapio Pérez, con su salón dispuesto para el baile en su casa de la calle Aspa. Contaba con la intervención del "joven Pepito, ejecutando su jaz-ban".
Joven y bella señorita ataviada de mantón de Manila y peineta para el carnaval talaverano.
- Y por último las murgas y comparsas. Formadas principalmente con jóvenes, con sus letras despotricando a diestro y siniestro, actuando lo mismo en locales privados como en los públicos. Algunos no eran del gusto de la "autoridad competente", como les ocurrió a la comparsa "los Casados arrepentidos". No sabemos que cantarían que tuvieron prohibida la entrada en los locales y "se tuvieron que conformar con pasear las calles".
Entre los disfraces que triunfaron aquellos años, tenemos algunos datos:
entre las mujeres estaban muy de moda los mantones de Manila, mantillas y peinetas, entre los más populares y tradicionales. Y entre los disfraces mencionan los grupos de "bellas señoritas" con sus trajes de "chulas", aragonesas, flamencas, gitanas, aldeanas, viudas, cacereñas, damas de la Cruz Roja... es una pena que sus nombres sólo aparecen con las iniciales, por lo que es muy complicado saber quienes eran.
En cambio los hombres los mencionan así: "T. Ardila de pierrot, F. Escorial de cacereño, L. Rodríguez de diablo y F. Monterrey de enfermero".
Mujer joven vestida de aldeana, formaba parte de un grupo, con una niña disfrazada de gitanilla.
Si algo entusiasmaba a los jóvenes de entonces era el derroche de confetis, papelillos y serpentinas, recreando auténticas batallas entre unos y otros tirándose todos estos aderezos.
Como podéis leer, el carnaval talaverano ha cambiado poco, al menos en lo esencial, con etapas de más esplendor y otras menos animadas. Sí que vamos notando que el carnaval espontáneo y callejero va perdiendo fuerza a favor del carnaval institucionalizado y acotado por las normas.
También hemos perdido el carnaval de los salones privados, aunque puedan quedar bien sustituidos por los actuales "talleres". En los que también se vive el carnaval talaverano.
Salud para disfrutarlo.
Cristóbal Cansado y Antonio Gómez. Enero de 2018.
Publicado en el periódico digital "Talavera con V" el 25 de enero de 2018.
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